la miserable abundancia

VIVIR NO ADMITE APLAZAMIENTOS

Month: October, 2013

“Drones” en Pakistán: Estados Unidos: Amnistía Internacional España – Derechos Humanos

“Drones” en Pakistán: Estados Unidos: Amnistía Internacional España – Derechos Humanos.

 

Estados Unidos ha llevado a cabo homicidios ilegítimos en Pakistán mediante ataques con aviones no tripulados (“drones”), algunos de los cuales podrían constituir crímenes de guerra, tal y como lo recoge Amnistía Internacional en su informe ’Will I be next?’ US drone strikes in Pakistan”http://bit.ly/HdCl9x,  que documenta homicidios recientes en las zonas tribales del noroeste de Pakistán, y la casi total ausencia de transparencia en torno al programa de “drones” estadounidense.

La organización ha llevado a cabo una investigación detallada sobre el terreno respecto a nueve de los 45 ataques con aviones no tripulados de los que se ha tenido noticia y que han sido lanzados en Waziristán Septentrional, noroeste de Pakistán entre enero de 2012 y agosto de 2013. El informe documenta homicidios que hacen temer seriamente que se hayan cometido violaciones del derecho internacional que puedan constituir crímenes de guerra o ejecuciones extrajudiciales.

La promesa estadounidense de aumentar la transparencia en torno a los ataques con aviones no tripulados, subrayada por un gran discurso sobre política pronunciado por el presidente Barack Obama en mayo de 2013, aún no se ha hecho realidad, y Estados Unidos sigue negándose a divulgar incluso la información más básica tanto jurídica como sobre los hechos acontecidos.

Este secreto ha permitido a Estados Unidos actuar impunemente e impedir que las víctimas reciban justicia o indemnización. Según la información de que dispone Amnistía Internacional, ninguna autoridad ni agente estadounidense ha rendido cuentas por los homicidios ilegítimos perpetrados con “drones” en Pakistán.

Estados Unidos sigue utilizando su doctrina de “guerra global” para tratar de justificar una guerra sin fronteras contra Al Qaeda, los talibanes o aquellos a los que considera aliados de estos.

Los grupos vinculados a Al Qaeda han matado a decenas de residentes locales a los que acusaban de ser espías a causa de los ataques con “drones” estadounidenses. Los residentes de Mir Ali dijeron a Amnistía Internacional que es habitual ver cadáveres arrojados a un lado de la calle con mensajes que advierten de que todos los acusados de espiar para Estados Unidos correrán la misma suerte.

Los residentes dijeron también a Amnistía Internacional que el temor a represalias les impedía denunciar ante las autoridades locales los abusos cometidos por los grupos armados. Muchos residentes tenían también miedo de hablar a Amnistía Internacional sobre los ataques de “drones”. Algunos de los que hablaron abiertamente recibieron después amenazas.

Rafeequl Rehman, hijo de una víctimas de ataques con “drones”, sujeta la fotografía de su madre, su tumba y también sus hijos que fueron heridos durante los mismos ataques. © AI

Aunque el gobierno de Pakistán afirma que se opone al programa de “drones” estadounidense, Amnistía Internacional teme que algunas autoridades e instituciones de Pakistán y otros países, como Australia, Alemania o Reino Unido, puedan ayudar a Estados Unidos a lanzar ataques con “drones” que constituyan violaciones de derechos humanos.

Las autoridades paquistaníes tienen un pésimo historial respecto a hacer que miembros de Al Qaeda, talibanes y otros autores de abusos contra los derechos humanos cometidos en la región comparezcan ante la justicia en juicios justos y sin recurrir a la pena de muerte.

NO A LA DESAPARICIÓN DE LAS JUNTAS VECINALES DE LEON, MANIFESTACIÓN MULTITUDINARIA

NO A LA DESAPARICION DE LAS JUNTAS VECINALES DE LEON.

 

NO A LA DESAPARICION DE LAS JUNTAS VECINALES DE LEON: MANIFIESTO 

DE LA MANIFESTACIÓN DEL 20 DE OCTUBRE: Bierzo Diario , 20/10/2013.-

Los Concejos,

Pedanías, Juntas Vecinales y Parroquias Rurales, muchos de ellos se remontan al medievo, recogen…

Los Concejos, Pedanías, Juntas Vecinales y Parroquias Rurales, muchos de ellos se remontan al medievo, recogen un modelo de organización democrática donde el pueblo reunido en asamblea abierta decide, de un modo directo, como se gestiona y mantiene el patrimonio común de sus vecinos y vecinas. Este modelo es, sin duda, la manera más democrática de organizarse que existe en todo el Estado. De hecho, en la mayoría de estas Entidades, los habitantes de cada pueblo además de votar en las urnas para elegir los concejales del ayuntamiento, votan en otra urna para elegir al alcalde pedáneo y los vocales de su Junta Vecinal. Estamos ante una costumbre hecha norma cuya regulación debe extenderse al funcionamiento de todas las administraciones, nunca desaparecer o ser amenazada de supresión por ningún gobierno de turno.
Las Juntas Vecinales son, en gran parte, responsables además de dar servicios a los pueblos. Como el suministro del agua potable en sus localidades, la gestión de los cotos de caza, el reparto y recogida de la madera y la leña de los montes de su propiedad, la administración, prorrateo o alquiler de los pastos de su prados, son incluso los responsables de los campos santos, e incluso de las escuelas donde aun se conservan. Podemos afirmar que entre los montes, prados y eras que están bajo el control y administración de las entidades locales menores, al menos el 55 % de la superficie de la provincia de León están en manos de los concejos, que por otro lado son propiedad comunal de los vecinos y a nivel estatal son propietarias de 3,5 millones de hectáreas.
Suprimir las entidades locales menores significaría el mayor expolio hacia manos privadas del patrimonio público, previo paso por los Ayuntamientos, de la historia. Un robo premeditado y diseñado para asaltar la democracia que representan y generar negocio para una banda de especuladores, acabando con el mundo rural. Las Entidades Locales Menores, además, no tienen deudas y sus alcaldes no cobran sueldos, su pecado es ser las administradoras de las propiedades y la riqueza ambiental de los vecinos de sus pueblos.
Por estas razones afirmamos que estamos ante un proceso de vaciado de los municipios a favor de las Diputaciones, en algunos casos de las CCAA  y el sector privado, donde las entidades locales menores sobran y pierden hasta su nombre, con ello su estatus legal de entidades locales. Lo que significa un ataque incruento a la tradición de nuestros concejos, pedanías y parroquias rurales, que por derecho, por trabajo y por historia nos pertenece Un proceso que debe ser paralizado inmediatamente desde estas premisas.
– Que el régimen de las entidades locales menores, tal y como ha dictaminado el consejo de Estado, sea  esencialmente Autonómico o Foral, y tienen que ser las comunidades autónomas las que establezcan su régimen jurídico principal.
– Que es esencial mantener el carácter de entidad local, como verdaderas administraciones públicas territoriales, con plena personalidad jurídica
– Que es absolutamente inadmisible que se pueda suprimir una entidad local menor por las deudas o déficit del Municipio en cuyo territorio se encuentre
– Que es necesario flexibilizar los plazos de rendición de cuentas, simplificando su formato y procedimiento, integrando estos procesos en un esfuerzo por fomentar y financiar la modernización y adopción de la Administración electrónica por las Entidades locales menores
Nos comprometemos a seguir trabajando de manera horizontal y coordinada, por la defensa del común y de la autonomía local, por los servicios de calidad, por la sostenibilidad de nuestro trabajo, avanzando hacia el modelo de concejo abierto, garantía de participación vecinal y mantenimiento del común.
¡No al expolio de nuestros pueblos! ¡No a la supresión de los concejos, pedanías, Juntas vecinales o Parroquias Rurales! ¡Sí a la democracia y al gobierno del pueblo!

La lista de la infamia: Curas del 36 en Valladolid

La lista de la infamia: Curas del 36 en Valladolid | últimoCero.

 

La lista de la infamia: Curas del 36 en Valladolid | últimoCero

Misa de campaña con el altar repleto de armamento.

La lista de la infamia: Curas del 36 en Valladolid

O. Castán
Valladolid

En el año 1936, tras la sublevación militar, los párrocos de los pueblos tomaron mayoritariamente partido por los alzados, en quienes veían unos valedores que les iban a devolver el poder que detentaban antes de la llegada de la República. Bien sabían estos curas que el alzamiento era ilegal y que se estaba haciendo mediante el derramamiento de sangre inocente. Prácticamente en todas las localidades, falangistas y guardias civiles desleales detenían a las autoridades legales, a los dirigentes sindicales, a los obreros significados, a sus mujeres y a sus familiares, y los sometían a tratos inhumanos, golpeando, violando, robando y asesinando a muchos de ellos.

El mandato de los religiosos está bien claro para todos: su deber era detener la violencia, impedir los crímenes y acabar con la orgía de sangre que se desataba sobre la población civil, inerme e indefensa. Sin embargo, la Iglesia desoyó estos mandatos sagrados y alentó a sus párrocos a que se unieran al golpe, al que de inmediato bautizaron como Cruzada, otorgándole todas sus bendiciones.

Los curas tenían una gran autoridad moral. Allí donde se opusieron a los crímenes, éstos no se produjeron. Pero por desgracia para las víctimas, para sus familias, para los pueblos y para su propia imagen y la de la Iglesia, la gran mayoría de los curas apoyaron decididamente el alzamiento y sus procedimientos sanguinarios, y a veces no solo intelectualmente o dando su bendición a los asesinos, sino también materialmente, con las armas en la mano.

Cegada por la posibilidad de ejercer su poder sobre la sociedad entera, la Iglesia católica se dedicó a forzar la voluntad de los ciudadanos que se habían salvado de la muerte obligándolos a casarse por la iglesia, a bautizar a los hijos de los que no eran católicos cambiándoles incluso el nombre si no estaba en el santoral, a penalizar a las personas que no asistían a misa, llevando al día la relación de los que no se confesaban o no comulgaban. Daba igual que esas personas no fuesen creyentes o que profesasen otra religión. La iglesia católica reclamó para sí la obediencia debida de todos los ciudadanos y la obligatoriedad de las prácticas religiosas por las buenas o por las malas. La coacción, la amenaza, los malos informes que destruían la vida de la gente o el señalamiento de los que ellos denominaban “malos cristianos” fueron la seña de identidad de una iglesia inquisitorial, cuyos ministros causaron mucho daño y dolor con sus actos o su pasividad.

Obligar a una persona a practicar la religión en contra de su voluntad está considerado sacrilegio por la propia iglesia, lo que no fue obstáculo para que se implantase la religión de manera obligatoria en todo el país y a todos los niveles de la vida: en la enseñanza, las instituciones, las costumbres sociales y la vida personal.

En muchas localidades de nuestra provincia y en la propia capital, la actuación de los curas fue tan inhumana, tan cruel y tan alejada de lo que puede considerarse un comportamiento cristiano, que quedó impresa en la memoria de los vecinos. Estos curas, que por su posición hubieran podido mediar a favor de las víctimas, muchas veces aparecieron al lado de los verdugos, contribuyendo con sus acciones a empeorar la suerte de sus vecinos. Es una verdadera lástima que la iglesia católica pierda oportunidad tras oportunidad de desmarcarse de estos elementos, condenando sus acciones y pidiendo perdón por su actuación en aquellos años de crimen y terror.

LA ACTUACIÓN DE LOS CURAS SEGÚN LA MEMORIA DE LOS TESTIGOS

Juan Julián, párroco de San Ildefonso, en Valladolid, acudía a las Cocheras de Tranvías para catequizar por las buenas o por las malas a los allí detenidos, aunque se declarasen ateos, agnósticos o protestantes. Acudía a las sacas, dejándose ver por los presos, quienes por su presencia detectaban que iba a producirse un asesinato. Dos o tres curas de Los Filipinos solían acompañar a las patrullas falangistas en sus acciones. Llevaban camisa azul e iban armados. Se les llegó a conocer bien y se les reconocía por su tonsura y sus medallas y escapularios. Además eran los encargados de catequizar a los presos de Las Cocheras. Se llamaban el padre Tirso y el padre Baladrón. Sus homilías eran amenazadoras. Una frase que repetían continuamente y que quedó grabada en la memoria de los detenidos era: “Habéis pasado por una criba ancha; ahora pasareis por otra más fina, y al final no quedará nadie”. Y hubo gente que se atemorizó y marchaba a comulgar, pensando que los curas darían buenos informes y que podrían salir, pero estaban muy equivocados, pues aquellos curas deseaban de verdad que no quedara nadie. (Testimonio de J. P. R., preso en Las Cocheras).

Padre Cid: adscrito a la Cárcel Nueva, impartía la misa obligatoria, descalificaba y humillaba a los presos e intentaba que recibieran los sacramentos cuando los iban a fusilar. Más adelante fundó un Patronato para menores, a donde fueron a parar muchos hijos de estos mismos fusilados; allí intentaba “reeducarles”. Ese lugar, “Cristo Rey”, se financió con el trabajo esclavo de los presos.

Rufino Caldevilla, párroco de La Magdalena y sobrino del canónigo Valero Caldevilla, acudió al Alto del León, presa de un ataque de patriotismo, según testimonio de J.L. Galindo, un falangista camisa vieja, que estuvo con él; iba armado. Es un alegre clérigo… me lo imagino disparando trabucos y no le cae mal la imagen… Cuando regresó a Valladolid y volvió a hacerse cargo de la parroquia, denunció a aquellos vecinos que bajo su punto de vista eran “indeseables”. Anteriormente se había mostrado beligerante con los sectores de la izquierda, y cuando se produjo el golpe colaboró con eficacia: denunció personalmente a la familia de Heraclio Conde, quien fue fusilado junto con sus dos hijos varones (testimonio de Conde Conde).

Eladio Tejedor Torcida, párroco de Barcial de la Loma en 1936, estaba enfrentado con las gentes de izquierdas desde el advenimiento de la República. Cuando se produjo el golpe, el alcalde impuesto por los golpistas fue Vicente Vázquez de Prada, que era partidario de detener y entregar a los izquierdistas, pero se opuso a que los mataran. El cura insistió e insistió en la necesidad de “limpiar el pueblo, como se estaba haciendo en todos los pueblos de alrededor”, y al final se hizo así. Este cura, tras inducir al asesinato del alcalde elegido, Modesto Rodríguez, obligó a la viuda a bautizar al hijo de éste y a cambiarle el nombre que su padre le había puesto (Besteiro). Otro acto de este cura fue el de casar in extremis al vecino Florencio Sinde, destrozado por las torturas recibidas, con brazos y piernas rotos e inconsciente en los calabozos del ayuntamiento de Barcial; este hombre estaba casado por lo civil, y antes de rematarlo, hizo que llevaran allí a su esposa y los casó religiosamente (testimonio de la esposa).

Florentino, cura de Bocigas, acompañaba a las patrullas de asesinos, según él para confesar a las víctimas.

Lorenzo Pérez González “Lucilina”, fue uno de los máximos responsables de los hechos sangrientos ocurridos en el pueblo de Villabáñez. Mantenía un enfrentamiento directo con los vecinos de ideas izquierdistas y con la Corporación Municipal; intervenía en las cuestiones políticas, en los temas económicos, como la gestión de los montes comunales; impulsó un sindicato católico, con el que se enfrentaba a la Casa del Pueblo… El propio arzobispo Gandásegui llegó a decir de él que “había envenenado al pueblo”. En 1936 designó a las víctimas y no movió un dedo para frenar la represión desatada contra los vecinos, aunque salvó al que le pareció oportuno, con lo que demostró que tenía poder para haber impedido la matanza.

José de Rojas Martín, ejercía como párroco en Castrillo Tejeriego, donde dio el visto bueno y firmó la lista de los que debían ser represaliados. La madre de este cura iba diciendo por el pueblo que “había que fusilar a los hijos de los detenidos, porque llevaban el mismo camino que sus padres”.

Sergio Martín Martín, procedente de Medina de Rioseco, donde también colaboró en la elaboración de las listas de los que debían morir, estaba en Castromonte como párroco. En julio de 1936 se encontraba en Asturias, pero pudo regresar a mediados del mes de septiembre, y fue entonces cuando comenzó la represión en Castromonte. Muchos testimonios le atribuyen responsabilidad directa en muertes ocurridas en Rioseco y la zona de la Santa Espina, además de las ocurridas en Castromonte.

Ictinio, párroco de Tiedra, ayudó a elaborar las listas de víctimas; alentó a los falangistas de la localidad, y fue directamente responsable del asesinato de David Criado, un vecino que estuvo detenido y regresó al pueblo al finalizar la guerra.

Bibiano del Campo Mucientes, natural de Villalba de los Alcores. Estaba de párroco en Wamba en la época de la sublevación. Colaboró haciendo listas y también de manera material: él mismo llevó cuerdas para atar a los detenidos.

Pablo Rojo era párroco en Mojados. En los locales del ayuntamiento estaban detenidos medio centenar de vecinos. El día 25 de julio, los sublevados del pueblo decidieron asesinar a varios de ellos. El cura acudió a la prisión e intentó confesarlos con argucias y amenazas. A pesar de los ruegos de las familias y de la cantidad de huérfanos que dejaban y de que el cura sabía positivamente que todos eran inocentes y que los asesinatos se producían sin juicio ni asistencia de autoridad legal alguna, Pablo Rojo colaboró con los asesinos hasta que el último detenido subió al camión. Ese día 25 vecinos de Mojados fueron trasladados al puente que une los términos de Boecillo y Laguna de Duero y tiroteados allí. Algunos no fallecieron en el acto y cayeron al agua con vida. Por fin los remataron a todos. Uno de ellos, J.N. logró llegar herido, hasta el Coto del Cardiel, donde el guarda de campo lo remató con su escopeta.

Andrés del Amo, de Saelices. Fue un inductor fundamental de los crímenes cometidos en Villacarralón, donde era párroco, pues señaló a los vecinos que según él eran peligrosos. Años después de la guerra, vino al pueblo un cura nuevo. Estando en la plaza, un hijo de Petra Cimas, asesinada por una patrulla venida de otros pueblos ante los ojos de sus dos hijos, lo reconoció como integrante de una de las patrullas y se dirigió a él: “Usted bajaba de paisano a detener gente”. El cura se llamaba Jesús Ceinos Casero, y fue reconocido por otros vecinos como uno de los hombres que iban sacando a la gente de sus casas en el verano de 1936, vestido con un mono azul y armado con un fusil.

Teodosio era el nombre del párroco de Quintanilla de Abajo. Cuando se pidió el indulto de los condenados a muerte dijo en la puerta de la iglesia ante muchos vecinos que si les conmutaban la pena, él quemaba la sotana.

CURAS EN EL FRENTE

La presencia de curas en el frente fue frecuente. Particularmente abundaron en la zona del Alto del León. Iban vestidos con mono y armados. Otros muchos iban de visita, acompañando a grupos.

Núñez, jesuita, coadjutor de la parroquia de San Juan, en Valladolid, marchó al Alto del León en julio del 36, integrado en el grupo de falangistas como combatiente. Este cura, bastante joven, murió en un bombardeo en el Alto del León a finales de julio de 1936. Juan Martínez, cura combatiente, murió en el frente.

Padre Nevares, jesuita: recibió en San Rafael a los falangistas que se iban a incorporar al frente en julio del 36. Al llegar al Hotel Regina, donde comían estas tropas, el padre Nevares vestía mono azul y llevaba casco y una gran cayada. Era beligerante y además confesaba a los voluntarios. Ramón Arregui Moliner, falangista, quiso confesarse con él tras una escaramuza en la que disparó y mató a soldados enemigos. Después relató, escandalizado, que el cura le dijo: “Eso no tiene importancia: es la guerra”. Este cura estuvo siempre a la cabeza de las fuerzas golpistas en San Rafael, dando el beneplácito eclesiástico. Antes del golpe, había organizado en Valladolid las Cooperativas Agrarias de Derechas.

Pedro, un párroco natural de Castrillo de Duero, en julio del 36 se integró en un batallón falangista y marchó al frente. J.L. Martínez Galindo, que coincidió con él, dice que era “un cura guerrillero”.

COSAS DE CURAS

Pedro Cantero Cuadrado, nacido en Carrión de los Condes, fue capellán de la Cuarta Bandera de Castilla. En una de sus arengas pronunció esta frase: “El general Franco es de origen providencial y carismático, y por tanto legítimo. Solo ante Dios y ante la Historia debe dar cuentas”. Llegó a ser obispo de Huelva.

Ignacio Menéndez Raigada, autor del Catecismo Patriótico: “Yo soy cura, pero antes que cura, falangista”. Fue capellán y confesor de Franco.

Enrique Herrera Oria: “Los masones matan niños menores de siete años y beben su sangre en un cráneo”.

Fernando Martín Sánchez Juliá, “Secretario de Dios”, cabeza de la Iglesia, escribió una pastoral: “De los frentes saldrá una nueva España. A nosotros nos toca ayudar al parto y educar a la criatura…”.

Las amistades extremadamente peligrosas del ministerio de Defensa, de JORGE CASTRILLON

Las amistades extremadamente peligrosas del ministerio de Defensa | Sin Casaca..

 

Las amistades extremadamente peligrosas del ministerio de Defensa

“Se trata de una exposición militar, igual que la que el Ifema de Madrid organizará a finales de octubre, solo que 50 veces más pequeña. Si esta es ilegal, la del Ifema también”. El teniente de alcalde de Quijorna intentaba capear así el escándalo generado al trascender que se había usado el polideportivo del colegio público de la localidad para acoger un mercadillo titulado “Primeras jornadas de exposición, militaria y cultura de defensa”. Hay que admitir que el político local tiene razón: en Quijorna no ha ocurrido nada que no lleve pasando años, aunque hay que decir que ceder el uso de un espacio educativo para exhibir banderas nazis tiene su mérito.

¡No es ideología! ¡Es historia! ¡De la buena!

                                                            ¡No es ideología! ¡Es historia! ¡De la buena!

El mismo sábado 26 de septiembre, en su cuenta oficial de Twitter, el Ejército del Aire invitaba a visitar la mencionada feria, a la que aportaba una serie de modelos de aviones históricos. Cabría preguntarse si el lugar de una institución pública a la que se le exige y presupone una neutralidad política exquisita es un espacio de venta de artículos dedicados a la exaltación del franquismo, nazismo y fascismo. La respuesta, a tenor de los precedentes, es que sí.

¡Vengan, vengan! ¡Van a ver que divertido y democrático es todo!

                                      ¡Vengan, vengan! ¡Van a ver que divertido y democrático es todo!

El pasado 29 de junio la fundación Don Rodrigo (subtitulada “para el estudio y conservación de la historia militar y europea“) organizó en el Pabellón de Convenciones de la Casa de Campouna feria que produjo imágenes muy parecidas a las que hemos podido disfrutar gracias al ayuntamiento de Quijorna: algunos artefactos históricos, bastantes falsificaciones y mucho merchandising totalitario, con preponderancia absoluta de la guerra civil, el ejército franquista, la división azul y la Werhmacht nazi. Todo presentado sin ningún criterio museográfico, absolutamente descontextualizado, con una total ausencia de información científica y una vocación comercial más que evidente, por no hablar de los vínculos de algunos expositores con la extrema derecha. Como en el caso de Quijorna, además, el evento estuvo respaldado por el Ministerio de Defensa. Nos lo cuenta la propia fundación en el anuncio:

“Este año podremos disfrutar de una representación muy completa de los medios y blindados de la unidad pesada más importante de nuestro Ejército de Tierra: la Brigada Guadarrama XII y de la que en la actualidad algunos de sus miembros se encuentran de misión Internacional en el Líbano. Llevarán un carro de combate “Leopard”, una pieza ATP M-109, un “Pizarro” y un vehiculo de reconocimiento “Lince”, así como información del Museo de Unidades Acorazadas del Goloso y la furgoneta de captación de Defensa.”

Estas cosas solo se pueden ver en España. Y ademas, de verdad.

  Gente disfrazada de nazi hablando tranquilamente con miembros de las fuerzas armadas. Estas cosas solo se pueden ver en España. Y ademas, de verdad. (Fuente)

Este despliegue de medios por parte de Defensa, que también despertó cierto eco mediático, no fue ocultado por el ministerio. Más bien al contrario, se justificó como como fomento de la “cultura militar”, un capítulo al que el Ministerio le presta bastante atención (y a veces con iniciativas interesantes), incluso en época de crisis.

Dentro de este epígrafe, llama la atención la presencia continuada de la mencionada fundación Don Rodrigo, tanto como organizadora de los eventos mencionados comoparticipante en actividades organizadas por Defensa. Lo hace de manera natural, sin convocatorias previas: ofrece sus servicios ya sea para restaurar carros de combate antiguos en El Goloso, ya sea prestando colecciones de armas para diversas capitanías y todo ello bajo el paraguas de “fomentar la cultura militar”.

Tirando del hilo de la fundación Don Rodrigo, vemos que uno de sus patronos y fundadores, Alfonso Ruiz de Castro, es además administrador (junto a su hermano Juan José) del Grupo Soldiers creado en 1988 por Carlos Rodrigo Ruiz de Castro, (llamado el Cid, como…don Rodrigo). Carlos, hermano de Alfonso, es uno de los personajes históricos de la ultraderecha neonazi en España: fallecido en 1995, fue fundador de Bases Autónomas y mantuvo una intensa actividad en el universo neonazi español. Tras la muerte de Carlos Rodrigo, su hermano Alfonso Ruiz de Castro pasó a ser administrador de Eurosurcamp S.A. que controla la editorial Soldipress, las tiendas Soldier en Madrid o Furriel en Barcelona, dedicadas a la venta de objetos de “coleccionismo militar”, o más bien parafernalia nacionalsocialista, franquista y fascista, diversificándose también al sector de atrezzo o airsoft. Y, por supuesto, a organizar ferias como las que nos ocupan.

La fundación Don Rodrigo es bien conocida en los ambientes extremistas de Madrid. Este informe (que le valió una querella -desestimada- a la fundación al Foro Social de la Sierra de Guadarrama, a Esteban Ibarra, a un concejal de IU y a tres páginas web por publicar comunicados de la fundación) muestra una serie de actividades de exaltación nazi y fascista en pueblos de la periferia madrileña como Alpedrete, famosos por sus episodios de violencia skin. Sus actividades son presentadas como investigaciones o difusión histórica, pero el hecho es que la actividad principal del grupo es la venta de parafernalia nazifascista y la difusión de obras en esa órbita ideológica.

Sin embargo, estas conexiones con la extrema derecha no han sido óbice para que la fundación Don Rodrigo (y con ella el Grupo Soldiers) haya tenido acceso a edificios históricos dependientes de Defensa o se le asignen, como en el caso comentado de la feria “No solo militaria”, vehículos pesados y personal de las fuerzas armadas, con el gasto que eso supone en un contexto de restricciones presupuestarias (que después no lo son tanto). Por no hablar del desgaste de imagen que conlleva la exhibición de material oficial del ejército en un contexto que la ciudadanía percibe, justamente, de extrema derecha.

Pero aún hay más: el pasado 21 de junio, por ejemplo, en un acto celebrado en la Comandancia Militar de Valladolid, la fundación fue homenajeada “por la especial consideración y afecto demostrado hacia las Unidades de la Inspección General, mejorando con ello el conocimiento mutuo y la imagen del Ejército”, con entrega de diploma y tropa formada incluida. El acto provocó cierto revuelto interno y fue decidido por el general Aurelio Quintanilla Burgos, considerado afín a la línea ideológica de la fundación.

¿Que organizan ferias de merchandising nazi-fascista? ¡Pues tome un diploma, hombre!

¿Conexiones con la extrema derecha? ¿Símbolos preconstitucionales? ¡Nada, nada, don Alfonso! Un diploma y a su disposición, faltaría más. Por cierto, bonita camisa.

No todas las personas participantes en las ferias son fanáticos de extrema derecha: hay coleccionistas honestos, gente interesada en objetos históricos o simples curiosos. El peligro es confundir una determinada (y sectaria) visión de la historia, basada en la exaltación del militarismo totalitarista con lo que debe ser la defensa en una sociedad democrática. Por no hablar del riesgo de captación (voluntaria o involuntaria) al que se expone el sector más vulnerable de los asistentes: gente joven, sin formación, que ve con naturalidad una serie de símbolos o de libros como refrendados por las fuerzas armadas, que a fin de cuentas avalan con su presencia todo el acto.

Por último, la fundación Don Rodrigo (y organizaciones adyacentes) ha anunciado que el próximo 30 de noviembre repetirán la feria “No solo Militaria”. Con estos antecedentes y la presencia segura de asociaciones y librerías de extrema derecha -como viene siendo habitual- cabe preguntarse si Defensa seguirá prestando su apoyo a una actividad que se compadece mal con los valores de la democracia constitucional a la que se deben nuestras fuerzas armadas y cuyo fin último es, como poco, dudoso.

Alcalde y subdelegado de gobierno metiéndose en un jardín.

Alcalde y subdelegado de gobierno en Valladolid, metiéndose en un jardín acompañados de fundador y patrono de la fundación don Rodrigo.